Enrique Tábara nació en 1930 en Guayaquil, Ecuador. Tábara estudió pintura en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal, y comenzó a pintar composiciones abstractas en 1954. De joven pintor, fue influenciado por el movimiento constructivista (fundado por el artista ruso Vladimir Tatlin en 1913), del cual aprendió a través de la obra del pintor uruguayo Joaquín Torres García y del pintor ecuatoriano Manuel Rendón. Con la ayuda de una beca de la Casa de la Cultura Ecuatoriana al año siguiente, se traslada a Barcelona, ​​donde estudia en la Escuela de Bellas Artes y participa en la Bienal Hispanoamericana de la ciudad (1955). Fue influenciado por el informalismo español, del cual derivó fuertes impastos y texturas, aplicándolos a un repertorio de temas inspirados antes de la conquista: tradiciones indígenas ecuatorianas, que incluyen serpientes de cascabel, espejos, plumas, jeroglíficos, pirámides y otros motivos. Durante sus años en Barcelona, ​​su círculo de amigos incluyó a artistas como André Breton y Joan Miró. También estuvo relacionado con los miembros del movimiento español de posguerra llamado Dau al Set, que incluía a Antoni Tapies y Manolo Millares. Al igual que los surrealistas y dadaístas, la obra de los artistas de Dau al Set dialogaba tanto con la mente humana consciente como con la inconsciente. Al regresar a Ecuador en 1964, Tábara fundó VAN, un movimiento de artistas ecuatorianos contra el arte figurativo indigenista (1968). A principios de la década de 1970, recurrió a una nueva figuración, que a menudo representaba miembros humanos en sus lienzos. Obtuvo medalla de oro en el Primer Salón de Dibujo, Acuarela y Temple de la Casa de la Cultura de Quito (1970). A lo largo de su carrera, su obra se ha exhibido en el Museo Rufino Tamayo de la Ciudad de México, el Museo de Arte Moderno de París y el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Ha recibido numerosos premios prestigiosos, incluido el Premio Suizo de Pintura Abstracta en 1960 y el Pincel de Oro de Ecuador en 1999.